Cómo recordamos un bosque
2022 - Vionnaz/Suiza Residencia Virreinaspace - investigación
Durante el mes de diciembre 2022 y enero 2023 realicé alrededor de 40 caminatas
en montañas y valles del sur de Suiza. “Cómo recordamos un bosque” es parte
de un proceso de observación alrededor de l_s musg_s, sus ecosistemas, sus
relaciones y su vinculación a la teoría de la Escultura Suave. El proyecto
busca cuestionar cómo se puede construir memoria e historizar la experiencia
en un territorio, qué encuadres o fotografías privilegian una mirada romántica
y extractivista de la naturaleza, y de qué manera podemos entablar diálogos
con lo no humanx y sus formas de representación.
*Al escribir este texto la teoría de género fue un cuestionamiento
constante que tuve alrededor de la manera en que nombramos
lingüísticamente al ecosistema y sus territorios.
En muchas ocasiones intenté eliminar la necesidad de utilizar
artículos (el, la los, etc) para no asumir o referirme a árboles, musgos,
ríos, flores, cuevas y piedras. Sin embargo, para ciertas oraciones y
su entendimiento parecía necesario. Por lo tanto, decidí
intercambiar el uso de la e o la x, formas igual de eficaces para
combatir la “O” por un guion bajo “_”. De esta
manera, al dejar un renglón vacío, se genera algo así como
un espacio de siembra en el texto, donde un lector puede depositar
una semilla y cultivar aquello que desee.
¿Cómo recordamos un bosque? De qué manera se registra la multitud de circunstancias que suceden en un territorio, ¿enumeramos l_s árboles, l_s insectos, l_s flores? ¿Medimos _ clima, _ pH de la tierra, olor, longitud de l_s ríos, l_ luz, l_s sistemas de raíces subterráneas, l_ cantidad de lluvia que cae en un año? ¿Qué contamos? ¿Qué categorías o lenguajes determinan la memoria con la cual narramos y construimos las historias de un ecosistema? ¿Que dejamos fuera? ¿Qué decidimos olvidar?
Un bosque/territorio no se construye sólo por aquello que es visible, o por l_s recursos explotables que habitan su zona en hectáreas, litros o toneladas. Si no también por las historias que atraviesan sus ramas y hojas, por las conversaciones invisibles al lenguaje humanx, que se desarrollan en l_s microclimas de lo pequeño, en lo que está a nivel de suelo, muy pegado a la tierra. Ahí habita el musgo, sobre la superficie de múltiples objetos, en un espacio o zona límite que no llega a medir o crecer más allá de los 8 centímetros.